El principal interés de las mediciones periódicas está en objetivos a largo plazo, tales como la comprobación de que las medidas de control permanecen siendo eficaces. La información obtenida probablemente indicará las tendencias o los cambios de la exposición permitiendo que puedan tomarse medidas antes de que ocurran exposiciones excesivas.
Dado que el seguimiento periódico se diseña para proporcionar un tipo de información algo diferente del obtenido durante la evaluación de la exposición laboral, se entiende que las estrategias de muestreo utilizadas pueden no ser las mismas.
Dependiendo de las circunstancias particulares del lugar de trabajo y de la fiabilidad de la información requerida, pueden utilizarse varios tipos de estrategias. En este contexto, es aconsejable elegir una determinada estrategia y mantenerla a lo largo del tiempo.
Para que sean realmente útiles, deben poder compararse los resultados sucesivos de un programa de muestreo periódico. Esto implica que el cómo, cuándo y dónde se recogen las muestras necesita estar rigurosamente planificado para asegurar que puede estimarse el error global, y que podría reconocerse un cambio manifiesto en el modelo de la exposición.
Los programas de seguimiento periódico que no estén bien diseñados, pueden originar un volumen de datos en apariencia satisfactorio, pero el verdadero contenido
informativo será probablemente bajo y la interpretación extremadamente difícil, cualquiera que sea el grado de confianza requerido.
Con el fin de restablecer el intervalo entre mediciones periódicas, es conveniente tener en cuenta:
– ciclos productivos en condiciones normales de trabajo;
– consecuencias de fallos en el control;
– proximidad de la exposición al valor límite;
– eficacia de los procedimientos de control;
– tiempo necesario para restablecer el control; y,
– variabilidad en el tiempo de los resultados.
Si lo que varía son las condiciones o los procesos de trabajo, de manera que puedan afectar significativamente a la exposición, lo que hay que hacer no es una medición periódica, sino una nueva evaluación de la exposición laboral.
He aquí una representación esquemática para determinar los períodos entre evaluaciones.
Las mediciones periódicas se deben realizar en condiciones normales de trabajo, por lo que, si es necesario, se pueden modificar los períodos entre evaluaciones, siempre que la causa se especifique en el informe.
Si en alguna medición periódica se supera el valor límite, hay que identificar las causas y remediar la situación lo antes posible. En este caso habría que validar la evaluación de la exposición laboral.
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