Las pérdidas financieras debido a incidentes específicos no son la única consecuencia de robos y fraudes no detectados. Las organizaciones pueden ser complacientes con las pérdidas continuas e incluso incorporarlas a sus estándares o expectativas. Por ejemplo, las compañías establecen una varianza negativa aceptable entre la cuenta de libro y la cuenta real de varios ítems en stock o inventario. Las pérdidas por robo y fraude a menudo se ocultan en una varianza negativa y no son descubiertas, porque están bajo la varianza aceptable. Con el tiempo, esta varianza negativa puede aumentar, presentando importantes pérdidas acumulativas.
Además, cuando los robos o fraudes no se detectan, la empresa víctima no puede recuperar las pérdidas a través de los seguros o tratando la pérdida como una deducción de impuestos. Las pérdidas también afectan la moral de los empleados, el valor de los accionistas y la confianza del público en la organización. Pocos riesgos tienen tantas consecuencias, pero son muy evitables.
Dadas las presiones de los empleados y su habilidad para racionalizar los robos y fraudes, las pérdidas de esos delitos continuarán siendo significativas. Las organizaciones que no están preparadas o no han implementado un Programa Integral de Prevención de Robos y Fraudes incurrirán aún en mayores pérdidas. Los profesionales de la Seguridad debieran, por lo tanto, dar prioridad a la prevención de robos y fraudes en su Estrategia General de Prevención de Pérdidas.
¿Cómo evitar pérdidas?
Todos los empleados son responsables de ayudar a proteger los activos de la organización, ya que el personal de Seguridad no puede estar en todas partes ni verlo todo. Al trabajar con los empleados de otros departamentos bajo un liderazgo en el desarrollo de Estrategias de Protección, el personal de Seguridad puede aumentar la probabilidad de cooperación de los empleados. Un empleado cooperador es menos probable que eluda las normas y medidas de seguridad.
La mayoría de las empresas dedican, al menos, algo de tiempo a fomentar la conciencia de seguridad entre sus empleados. Sin embargo, saber que existe un Programa de Seguridad no es lo mismo que jugar un rol activo en la prevención de pérdidas. Todos los departamentos y empleados tienen un rol en la identificación, prevención y reducción de pérdidas.
Antes de desarrollar un Programa de Conciencia de Seguridad, que enseñará a los empleados lo que ellos necesitan saber, el Gerente de Seguridad debe familiarizarse con todos los elementos de negocio de la organización -con el fin de saber qué activos deben ser protegidos de cuáles riesgos-. Las pérdidas que los empleados pueden ayudar a reducir incluyen los problemas físicos tradicionales, como el robo de dinero o productos, o el uso indebido de los equipos o de las instalaciones. Mediante la educación de la conciencia, los empleados también podrían ser capaces de ayudar a reducir otras pérdidas, incluyendo aquellas relacionadas con contratos, reglamentos, leyes, seguros u otras materias.
Aparentemente, las pequeñas pérdidas pueden tener ramificaciones caras. Por ejemplo, el robo de una computadora portátil que provoca la pérdida de información personal de un cliente, puede ser muy costosa, especialmente teniendo en cuenta la legislación sobre privacidad. Un estudio (Ponemon Institute, 2006) encontró que el promedio de pérdidas por violación de información corporativa fue de US$ 4,8 millones.