El diseño del mobiliario constituye otro de los aspectos importantes del acondicionamiento ergonómico de los puestos de trabajo. En primer lugar, el mobiliario debe poder adaptarse a las dimensiones físicas de los usuarios; esto se puede lograr a través de dispositivos de regulación cuyos rangos de ajuste cubran, al menos, a los individuos comprendidos entre el 5 percentil y el 95 percentil del colectivo de potenciales usuarios.
Por otro lado, las características del diseño y los materiales empleados no deben ser causa de molestia para los trabajadores.
En general, el mobiliario de trabajo debe satisfacer los requisitos de estabilidad y resistencia demandados por el tipo de tarea que haya de realizarse. Asimismo, las partes con las que pueda entrar en contacto el usuario deben estar diseñadas de manera que no produzcan lesiones ni originen deterioros en los materiales de trabajo.
En particular, todos los bordes, esquinas y salientes deben estar adecuadamente redondeados; el radio de curvatura debe ser al menos de 2 mm para las aristas y de 3 mm para las esquinas.
Los dispositivos de regulación y los elementos móviles deben estar diseñados para que no se puedan accionar o mover de forma accidental. Asimismo, las partes lubricadas de estos dispositivos deben estar protegidas de tal forma que tanto el usuario como su vestimenta o los materiales de trabajo no puedan mancharse con los lubricantes.
Por otro lado, todas las superficies del mobiliario con las que deba permanecer en contacto el usuario deben estar constituidas por materiales de baja transmisión térmica; asi, por ejemplo, debería evitarse el empleo de superficies metálicas que puedan permanecer en contacto con el usuario, dado que transmiten con facilidad el frío y el calor.
Así mismo, para evitar reflejos o brillos molestos en la zona de trabajo, las superficies deben tener aspecto mate. Este requisito cobra mayor importancia en las superficies de las mesas de trabajo y otros elementos auxiliares, como los atriles o portadocumentos.
Otro aspecto de interés es el que concierne al“ recubrimiento de los asientos y respaldos de las sillas de trabajo. Éstos deben ser permeables al aire y al vapor de agua, así como permitir su limpieza periódica sin deteriorarse. En caso necesario, dichos elementos se deben poder desmontar con facilidad para su reparación o reemplazamiento.
Finalmente, los suplementos inferiores sobre los que se apoye el mobiliario y, en su caso, las ruedas de las sillas, deben disponer de un sistema de fijación que permita su fácil reemplazamiento en caso de rotura o deterioro.
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