Una vez cubiertas las fases anteriores, se podrá elaborar el diseño definitivo de la tarea, o de modo más genérico, del sistema de trabajo; siendo éste el fin que se pretende en todo estudio ergonómico, y no el de Ia evaluación de los distintos factores presentes.
Esta fase es la más compleja de todas, pues es necesario integrar los múltiples factores analizados en las fases anteriores.
A título de ejemplo, en la figura 1.2 se sintetiza el proceso de diseño ergonómico propuesto por Aikin y colaboradores (1994). En éste se presenta de forma bastante completa todos los pasos a seguir y los aspectos que deberían tenerse en cuenta en el diseño ergonómico de un sistema. Como se podrá comprobar, los autores destacan Ia
necesidad de la participación de los propios trabajado’res para la realización del proceso.
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, nos encontramos con un sistema ya existente, lo que supone un serio inconveniente a la hora de aplicar los principios y criterios ergonómicos. En estos casos, además de completar las fases comentadas anteriormente, es necesario recoger información de los daños, molestias y quejas sentidos por los’operadores o usuarios, a fin de poder analizar de manera idónea los problemas existentes y plantear las oportunas medidas correctoras.
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