Un índice térmico es una combinación, en un sólo número, de distintas variables que influyen en lo que le sucede al individuo debido a las condiciones termohigrométricas, o dicho de otra manera, que influyen en la respuesta térmica del cuerpo a las mismas. Los mejores índices térmicos serán los que se obtengan a partir de todas las variables que influyen, es decir, las variables ambientales, el consumo metabólico y el aislamiento de la ropa del trabajador.
Con los índices térmicos, es fácil y sencillo saber si el riesgo es aceptable o inaceptable.
Basta con comparar el valor del índice calculado en el trabajo con el criterio o valor de referencia de ese índice. Por tanto, los índices térmicos son artificios muy útiles para realizar la evaluación de riesgos laborales relacionados con el ambiente térmico. Existen índices que son específicos para evaluar los riesgos por estrés térmico debido al calor y otros para los debidos al frío. También existen índices que permiten conocer si el trabajo se desarrolla en condiciones de confort o de malestar térmico.
CONCEPTO DE ESTRÉS TÉRMICO
Conviene explicar qué se entiende por esta denominación, ya que suele prestarse a numerosas confusiones.
El estrés térmico, (therma/ stress, en inglés) es una situación creada por las condiciones ambientales, la actividad realizada y la ropa que se lleve, y que puede hacer que el trabajador sufra daños. Es decir, el estrés térmico no es un efecto que las condiciones ambientales extremas causan en los trabajadores expuestos, sino precisamente es la carga térmica que reciben y que resulta de la interacción entre las condiciones
ambientales, el calor metabólico del trabajo y la vestimenta.
El estrés térmico se puede dar en condiciones de trabajo calurosas y en condiciones de frío.
El estrés térmico provoca una respuesta fisiológica del cuerpo humano, que recibe el nombre de sobrecarga fisiológica térmica (therma/ strain), es decir, hace variar el funcionamiento normal del cuerpo.
Algunas formas de sobrecarga fisiológica térmica son, por ejemplo, las variaciones de la temperatura central y de la temperatura cutánea, el aumento de la frecuencia cardíaca y la pérdida de peso corporal (sudoración).
La sobrecarga fisiológica que origina el estrés térmico es distinta en cada individuo, pues depende de sus características personales, y de ella pueden derivarse diversos estados patológico cuando se sobrepasa un determinado valor, o se puede recuperar el estado térmico normal del cuerpo.
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