Las vibraciones en edificios se consideran problemas de contaminación medioambiental porque la fuente de vibraciones es externa al edificio o ajena a la actividad realizada en el mismo. Por tanto, no es una problemática de exposición laboral a vibraciones.
Los edificios pueden vibrar por distintas causas como tráfico viario, ferroviario y aéreo, viento, voladura, maquinaria industrial, electrodomésticos, equipos de ventilación, portazos, etc. En función de la fuente que las produce, se distinguen tres tipos
principales de vibraciones:
– Debidas a procesos continuos o semicontinuos, por ejemplo, industrias.
– Producidas por actividades intermitentes permanentes, por ejemplo, el tráfico.
– Por actividades de duración determinada (no permanentes), por ejemplo, construcción.
Cada tipo de fuente tiende a producir una excitación característica con diferentes magnitudes y frecuencias que son transformadas por la respuesta del suelo, y las características de la construcción y el mobiliario antes de que se perciba por los ocupantes del edificio.
En general, las vibraciones en edificios son difíciles de controlar.
Las vibraciones que reciben los ocupantes de los edificios pueden ocasionar problemas de incomodidad, interferencia con la actividad que se realiza, etc., pero no son efectos adversos sobre la salud, salvo en casos extremadamente raros.
En general, la percepción por parte de la vibración de los ocupantes de los edificios es mayor que los niveles que se miden. Pueden influir varios factores, por ejemplo, el tipo de actividad que se realice en el momento, el ruido aéreo o estructural; también si las vibraciones se presentan por el día y por la noche, etc.
Para la medida y evaluación de las vibraciones en edificios se utilizan criterios de confort. Deben aplicarse las ordenanzas municipales vigentes. Las ordenanzas municipales más recientes se basan en la Norma ISO 2631-2: 1989. «Vibraciones y choques mecánicos. Evaluación de la exposición humana a vibraciones de cuerpo completo. Parte 2: Vibraciones continuas y choques en edificios (1 Hz a 80 Hz)».
Estas ordenanzas municipales dan valores aceptables, tanto para el día como para la noche, para diferentes tipos de edificios como, por ejemplo: residencial privado (viviendas, apartamentos, etc.), residencial público (hoteles, asilos, etc.), oficinas, sanitario (hospitales, clínicas, etc.), docente (escuelas, institutos, universidades, etc.) y talleres, distinguiendo entre los distintos tipos de vibraciones (continuas, intermitentes o transitorias).
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