La función auditiva del oído puede verse afectada por causas orgánicas, funcionales, patógenas o traumáticas. Cada una de estas causas lesiona el órgano auditivo a diferentes niveles dando lugar a diferentes tipos de hipoacusia:
– Hipoacusia de Transmisión: por afectación del oído externo o del oído medio, dificultando la transmisión del sonido hasta el oído interno.
– Hipoacusia de Percepción: por lesión del oído interno, nervio auditivo, vías o centros de la audición. Se altera la recepción del sonido (lesión en las células ciliadas del órgano de Corti) o su llegada, en forma de corriente nerviosa, a los centros auditivos.
– Hipoacusia Mixta: es una mezcla de las dos anteriores. Está alterado tanto el mecanismo de transmisión como el de recepción.
El grado de la lesión depende de dos factores fundamentales: la intensidad del ruido y el tiempo de exposición. Al aumentar cualquiera de los dos, aumenta el riesgo de pérdida de audición.
Un ruido muy intenso de corta duración provoca un «trauma acústico agudo» por rotura del tímpano y/o lesión del oído interno. Asimismo, los ruidos intensos con exposiciones prolongadas y repetidas originan un «trauma acústico crónico”, en el cual se destruyen las células ciliadas del órgano de Corti, con una precoz y mayor afectación de las células ubicadas en la base del caracol.
Inicialmente, el ruido intenso produce una «fatiga auditiva”, que se detecta como una disminución del umbral auditivo o como sensación de ensordecimiento, posterior al estímulo auditivo intenso. Se recupera totalmente con el reposo.
Si la pérdida auditiva no se recupera con descansos adecuados, se produce el denominado «trauma acústico crónico», el cual se caracteriza por la pérdida de audición para las altas frecuencias, siendo la frecuencia de 4.000 Hz la más afectada.
Si la exposición al ruido se mantiene, se dañan las frecuencias adyacentes alterando, con el tiempo, las frecuencias conversacionales (de 500 a 2.000 Hz). De esta forma, se llega a la «Hipoacusia o Sordera» que, si es producida como consecuencia de la realización de un determinado trabajo, se denomina sordera profesional.
La sordera profesional se caracteriza por:
– Es una hipoacusia neurosensorial por afectación del oído interno.
– Está asociada a un historial de prolongada exposición al ruido.
– Su desarrollo es gradual.
– La pérdida auditiva se inicia en las frecuencias altas.
– Afectación similar de ambos oídos, salvo excepciones.
– La lesión auditiva no progresa si el trabajador es retirado del ambiente ruidoso.
Para llevar a cabo un control correcto de la función auditiva, se realizan audiometrías, que detectan la pérdida de audición en las distintas frecuencias, la intensidad del trauma acústico y el tipo de hipoacusia. Los resultados se representan en forma gráfica mediante el audiograma.
La figura de abajo muestra un ejemplo de audiograma donde se representa la evolución de la sordera.
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Efectos del ruido sobre la audición https://t.co/5p4NKQWxPP vía @sharethis