PRESIÓN ACÚSTICA
Cuando una onda sonora se propaga en un medio elástico como el aire, se crea una variación de presión sobre la presión atmosférica que es la presión acústica. Esta variación de presión sirve para caracterizar la onda sonora, pero su valor instantáneo varía continuamente con el tiempo. Al conocerse que los efectos producidos por el ruido dependen de su energía, se utiliza el valor eficaz (rmS), que es proporcional a la energía de la onda, y es el resultado de la integración de los diferentes niveles de presión instantáneos en un determinado tiempo.
VALOR DE PICO
Es el valor máximo de la presión acústica instantánea y sirve para evaluar la exposición cuando hay ruidos de impulso
SENSACIÓN SONORA
El oído humano es capaz de detectar variaciones de presión acústica comprendidas
entre 20 uPa y 200.000.000 pPa y de frecuencia entre 20 y 20.000 Hz
Si la cuantificación de la presión acústica se hiciera en uPa, deberíamos utilizar una escala de 20.000.000 de unidades, lo que supone muy poca operatividad.
Mediante la utilización de una fórmula matemática de tipo Iogarítmico, se convierte esta escala en otra llamada nivel de presión acústica, que se mide en decibelios, dB.
El decibelio se define mediante la expresión: dB = 10 log (P/Polz, siendo P el valor de la presión acústica en Pa, y Po la presión de referencia (20 uPa).
Como vemos, no es un valor absoluto sino que se relaciona siempre con un valor de referencia, 20 uPa, al que se le hace corresponder el valor de O dB.
Así, vemos que el rango queda reducido a una escala comprendida entre O dB (umbral de audición) y 140 dB (umbral de dolor), tal y como se representa para diferentes ruidos.
Como consecuencia de la propia definición de dB nos encontramos que, para sumar dos 0 más valores de nivel de presión acústica en dB, no podemos utilizar la suma aritmética normal.
Es necesario, por tanto, conocer que pequeñas diferencias en la medida de un ruido expresada en dB, representan un aumento importante de energía de dicho ruido y, por tanto, de su posible agresividad.
Así, a modo de ejemplo, el aumento en 3 dB en el nivel de ruido implica duplicar la energía de la onda.
Por lo tanto, además de las peculiaridades del sistema auditivo de la persona que escucha y de factores subjetivos, existen dos variables físicas fundamentales que modulan la sensación sonora que percibimos ante un ruido: nivel de presión sonora y frecuencia.
Una de las principales características de nuestro oído es que discrimina de forma no lineal, o lo que es lo mismo, el oído humano tiene un comportamiento desigual con el aumento de la presión sonora a las distintas frecuencias, atenuando las frecuencias de 20 a 1000 Hz, amplificando de 1000 a 5000 Hz y volviendo a atenuar de 5000 Hz en adelante.
Tal y como se observa en la figura, cada curva indica los valores del nivel de presión acústica y de frecuencia que corresponden a una misma sensación sonora.
Así, vemos que tenemos la misma sensación acústica con una onda de frecuencia 1000 Hz y 40 dB de nivel de presión acústica, que con otra onda de frecuencia 31,5 Hz y 77 dB de nivel de presión acústica.
Esta característica de «no linealidad» del oído humano es la que obliga a que, cuando se vaya a medir el ruido, sea necesario un dispositivo que permita determinar los niveles de presión acústica de forma similar al modo de percibirlos de un oído humano.
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