Tal y como se ha mencionado, resulta necesario realizar una medición para determinar la presencia de una o varias sustancias químicas en el aire.
La exposición ocasionada por la presencia de contaminantes químicos en el medio ambiente laboral se expresa cuantitativamente mediante el valor de las concentraciones de dichas sustancias en el aire durante el tiempo de exposición. La medición de la exposición comporta, por tanto, la determinación de las concentraciones ambientales de los compuestos que la originan.
Existe una gran diversidad de métodos que se emplean para determinar la concentración de los agentes químicos en la atmósfera en el lugar de trabajo.
Uno de estos métodos implica el uso de una bomba conectada por un tubo flexible a un elemento de muestreo. El aire se aspira a través del elemento de muestreo y los agentes químicos se retienen, por ejemplo, en un filtro, un tubo adsorbente, un tubo detector de larga duración o un borboteador. La bomba y el elemento de muestreo se fijan sobre el trabajador de manera que se capten los agentes químicos de la zona de respiración (muestreo personal).
Como estas concentraciones no suelen ser constantes a lo largo del tiempo, los valores que se determinen corresponderán en general a concentraciones medias referidas al período de tiempo en el que se ha efectuado la medición.
La medida de una exposición se expresa, mediante las concentraciones promediadas de unos contaminantes concretos, dadas en unidades de peso por volumen de aire o en partes por millón, ppm, en volumen si se trata de gases o vapores, referidas a un periodo de tiempo determinado, dado en minutos, horas u otra unidad de tiempo, por ejemplo, 140 mg/m3 de tolueno durante 8 horas, o 75 ppm de metanol durante 15 minutos.
Las mediciones que haya que realizar dependerán de:
– características de los contaminantes químicos;
– objeto de la medición; y,
– disponibilidades técnicas, en lo referente a equipos o sistemas de medición.
Los sistemas de medición para la determinación de la concentración de los contaminantes químicos en el aire son objeto de estudio detallado para una especialización. Aquí únicamente se hará una breve descripción de los tres grandes tipos de procedimientos utilizados en la medición:
Equipos de lectura directa. Es cualquier instrumento capaz de proporcionar una medida de la concentración de un contaminante en el aire. Pueden medir concentraciones puntuales, o bien tomar medidas durante un cierto período de tiempo. También existen equipos capaces de tomar medidas puntuales de la concentración de un contaminante a lo largo de toda la jornada de trabajo y, al final de la misma, proporcionar una información del perfil de concentración a lo largo del período medido, de la concentración media y del tiempo durante el cual se ha sobrepasado cierto valor de la concentración.
Tubos colorimétricos. Un tubo colorimétrico es un vial que contiene una preparación química que reacciona con la sustancia a medir cambiando de color. La mayoría de los tubos colorimétricos están graduados, de tal manera que la longitud de la mancha indica la concentración de la sustancia medida. La escala, para facilitar la interpretación de los resultados, viene graduada en ppm o en porcentaje en volumen, dependiendo de la sustancia de que se trate.
Procedimientos de muestreo + análisis. El contaminante o contaminantes presentes en el aire son transferidos mediante un sistema de captación o muestreo adecuado a un soporte, que los retiene y da origen a lo que se conoce como «muestra». Esta muestra es transportada o enviada al laboratorio donde se prepara y analiza, siguiendo un procedimiento analítico determinado, mediante una o varias técnicas. Esta última parte del método analítico es lo que se conoce habitualmente como «análisis».
De acuerdo con las características del contaminante y con su estado de agregación, los soportes que habitualmente se utilizan para la toma de muestras, se pueden clasificar en tres tipos:
– filtros (van colocados en portafiltros o «cassettes»);
– soluciones absorbentes (contenidas en frascos borboteadores o «impingers»); y,
– sólidos adsorbentes (contenidos en tubos u otros dispositivos)
Con los dos primeros tipos de soportes, se obtiene una estimación cuantitativa de la concentración de contaminante directamente, sin necesidad de un posterior análisis; la utilización del tercer tipo de procedimiento supone que una vez recogido el o los contaminantes en el soporte adecuado, éste se envía al laboratorio, que suministrará la estimación cuantitativa (en unidades de peso o en número de fibras) del contaminante en el soporte.
En este tipo de procedimientos se pueden distinguir dos casos:
– Cuando se utiliza una bomba de aspiración que haga pasar el aire por el soporte adecuado al contaminante se quiere medir. Este tipo de muestreo se conoce con el nombre de muestreo activo. Conociendo el caudal de aspiración de la bomba durante el muestreo y el tiempo de duración del mismo, se puede calcular el volumen de aire que ha pasado por el soporte. Si se divide el dato suministrado por el laboratorio por este volumen de aire, se obtendrá la concentración del contaminante el aire.
– Cuando el contaminante de interés se recoge en el soporte por un fenómeno físico que se conoce con el nombre de difusión. En este caso, el muestreo se denomina pasivo y no es necesaria la utilización de una bomba de muestreo.
Cualquiera que haya sido el procedimiento utilizado para el cálculo de la concentración de contaminante, la comparación de la concentración obtenida con el valor límite de dicho contaminante dará una indicación de si s está en una situación o no de riesgo, según se sobrepase el valor limite o no.
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