Se define un incendio como un fuego no deseado ni controlado. Para fabricar un fuego, es necesario que coexistan:
1 un combustible en estado sólido, líquido y gaseoso;
2 un comburente, habitualmente oxígeno del aire. No obstante, existen otras sustancias cuyo comportamiento es similar al oxígeno del aire; y,
3 una fuente de calor o energía de activación.
Si el combustible es sólido, es necesario calentarlo hasta que se produzca su descomposición en gases 0 iones. A este fenómeno se le denomina «pirólisis». Si el combustible es líquido, a partir de una cierta temperatura, se emite una cantidad de vapores cuya concentración en el aire es suficiente para que con un pequeña chispa se genere el fuego y la llama.
En el caso del combustible gaseoso no es necesario su calentamiento para que se originen vapores, lo que sí es imprescindible es que la concentración en el aire sea tal
que con un pequeño foco de calor prenda la mezcla.
Es necesario significar que el proceso de pirólisis también se origina en líquidos y gases, generalmente es función de la temperatura. Los iones, gases o vapores anteriormente referidos se mezclan con el aire en un proceso de «difusión». En muchos casos, en la pirólisis, los descompuestos son portadores de la energía suficiente para reaccionar directamente con el oxígeno en una combustión.
En el caso de los vapores procedentes de los líquidos o en los gases, es necesario una pequeña chispa o energía para que se provoque la ignicion.
Habitualmente, en la combustión, el oxígeno componente del aire reacciona con el gas o ión del combustible en una reacción química de oxi-reducción, dando lugar como productos, radicales libres o iones y calor; éstas vuelven a reaccionar con el oxígeno del aire en varias reacciones sucesivas. A este proceso se le denomina «reacción en cadena».
Hay que aclarar que en la primera reacción química de combustión, el calor generado es pequeño, sin embargo, en las combustiones sucesivas se desprende gran cantidad de calor al exterior.
Este calor sirve para calentar los productos finales o humos, los cuales adquieren temperaturas entre 1000 °C a 2000 °C. A estas temperaturas, estos gases finales emiten radiaciones calorificas dentro de la banda de la frecuencia de la luz visible. Por lo tanto, «la llama” es la radiación visible emitida por los gases finales calientes.
Esta radiación calorífica adquiere una importancia relevante en el conjunto, puesto que sostiene las fases de pirólisis, evaporación y reacción en cadena.
Cuando los combustibles sólidos se calientan a una temperatura elevada, sus superficies en contacto reaccionan con el propio oxígeno del aire. Se habla entonces de «cuerpos incandescentes”. En este caso no existe reacción en cadena.
Desde el punto de vista humano, con el fin de abordar el problema que genera el fuego o el incendio y poder hacerle frente, se sabe que en un incendio intervienen por regla general una serie de factores:
1. Un combustible que debe encontrarse en estado de vapor o gaseoso por regla general o en estado incandescente en el menor de los casos.
2. El oxígeno del aire u otro‘ comburente que se mezcla con el combustible en un fenómeno de difusión.
3. La mezcla referida en el apartado anterior requiere una temperatura o energía de activación para que se produzca la combustión.
4. No se originará una sola combustión, sino que progresivamente se van generando sucesivas combustiones, en forma de reacción en cadena.
Un incendio es un fuego no deseado ni controlado.
De una manera gráfica se puede representar por un tetraedro, en el que cada cara corresponda a cada una de los factores que acabamos de señalar
En la naturaleza nos encontramos diferentes materias que responden ante el fuego de forma distinta. Unos actuarán como comburentes y la generalidad se comportará como combustibles.
Los materiales se presentan en tres estados: sólido, líquido y gaseoso. En función del estado físico de los materiales combustibles se definen diferentes tipos de fuego:
Clase A: combustibles sólidos.
Clase B: combustibles líquidos.
Clase C: combustibles gaseosos.
Clase D: materiales con un comportamiento especial.
Los materiales tienen unas propiedades intrínsecas ante el calor. Con el fin de cuantificarlas, se han definido una serie de parámetros que, en función del tipo de combustible, van a determinar su actuación y la evaluación ante el incendio.
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