Con el fin de lograr espacios seguros de trabajo, deben elegirse adecuadamente los equipos. Los factores a tener en cuenta son:
– Las condiciones y características del trabajo a realizar.
– Los riesgos inherentes al lugar y puesto de trabajo.
– Los riesgos derivados de la presencia o utilización de los equipos o que pueden agravarse debido a ello.
– Las adaptaciones que haya que hacer para su utilización por trabajadores discapacitados.
En cuanto a los principios ergonómicos, éstos deben ser aplicados a la prevención de los riesgos que se desencadenen en la utilización de los equipos de trabajo. Por ejemplo, la atenuación del trabajo monótono y repetitivo, el diseño físico de los espacios de trabajo de acuerdo con las capacidades del trabajador (sobre todo si se trata de trabajadores sensibles o con alguna minusvalía) y la posición o fatiga muscular, deben ser preocupación constante del empresario.
En referencia al mantenimiento de equipos, es responsabilidad del empresario velar por el control de los riesgos residuales que de ellos pudieran derivarse. En este sentido, se tendrán en cuenta:
– Las instrucciones del fabricante o características de los equipos.
– Las condiciones de utilización.
– Cualquier otra circunstancia normal o excepcional que pueda influir en su deterioro o ajuste.