Hasta hace relativamente poco las actividades realizadas por el hombre llevaban implícito que necesariamente se asumiera la existencia de unos determinados peligros o riesgos para la seguridad física o la salud de las propias personas, inherentes al puesto de trabajo. Afortunadamente, la sociedad ha evolucionado hasta el punto tal que, en la actualidad, no se presuponen de la misma forma que antes la presencia de estos riesgos asociados al trabajo, sino que se demandan unas mejoras sustanciales de las condiciones en las cuales éste se realiza.
Estas mejoras han sido y siguen siendo de tal magnitud, que han hecho posible la eliminación de un número muy importante de los riesgos asociados al ámbito laboral.
Prueba de ello es que a medida que nuestra sociedad evoluciona en muchos y diferentes aspectos, va adquiriendo unas mayores cotas de seguridad y salud en los lugares y puestos de trabajo, llegando los trabajadores a considerar como un derecho fundamental, tanto el mantenimiento de la saludo en los términos señalados por la O.M.S (Organización Mundial de la Salud), como el de unas condiciones de trabajo adecuadas.
Sin embargo, basta con analizar año tras año las estadísticas sobre siniestralidad laboral para observar que la realidad cotidiana nos muestra que en muchas ocasiones no se han logrado alcanzar las cotas perseguidas en este campo.
A partir de este punto habría que tener en cuenta que dado que la salud va a estar íntimamente relacionada con el trabajo, y más concretamente con la forma en que éste se lleva a cabo, sería conveniente estudiar a detalle cuáles son las condiciones relacionadas con éste y que van a incidir directamente sobre la salud de los trabajadores.
En este contexto, a la hora de realizar los estudios encaminados a una mejora de las condiciones de trabajo, se deberán tener en cuenta no sólo aquellas condiciones que van dirigidas a evitar los accidentes de trabajo y enfermedades profesionales sino también a aquellas otras condiciones dirigidas a que el trabajo se realice en unas condiciones tales que no supongan un prejuicio de tipo físico, mental o social, al mismo tiempo que las distintas exigencias de las tareas realizadas estén en perfecta consonancia con las propias capacidades de las personas que las realizan.
Ahora bien, convencionalmente se han venido utilizando una serie de disciplinas preventivas dirigidas básicamente a identificar, prevenir y controlar aquellos riesgos laborales que podrían llegar a provocar accidentes de trabajo y enfermedades profesionales:
- Seguridad Laboral o en el Trabajo: Se considera como aquella disciplina preventiva que estudia los riesgos y condiciones materiales relacionadas con el trabajo, que podrían llegar a afectar directa o indirecta, a la integridad física de los trabajadores. Su objetivo es mejorar las condiciones de trabajo, hasta conseguir hacer lo imposible o, como mínimo, muy difícil, que se produzca un accidente.
- Higiene Industrial: Se considera como aquella disciplina preventiva cuyo objeto fundamental es identificar, evaluar y controlas, las concentraciones de los diferentes contaminantes, ya sean de carácter físico, químico o biológico, presentes en los puestos de trabajo y que puedan llegar a producir determinadas alteraciones de la salud de los trabajadores.
- Medicina del Trabajo: Se considera como aquella disciplina que, partiendo del conocimiento del funcionamiento del cuerpo humano y medio en el que éste desarrolla su actividad, en esta caso el laboral, tiene como objetivos la promoción de la salud (prevención de la pérdida de salud), la curación de las enfermedades y la rehabilitación.
Con el único concurso de estas disciplinas, ya sea de forma independiente o conjunta, no es posible hacer frente a las condiciones de trabajo que pudieran afectar a la salud de los trabajadores, considerando como salud el equilibrio de los aspectos físicos, psíquicos y sociales.
Por ello, se consideró necesario ampliar estas disciplinas preventivas como la Ergonomía. Esta se define como aquella disciplina que trata de adecuar las diferentes exigencias o demandas de las tareas, ya se a nivel físico, mental o social, a las correspondientes capacidades de los trabajadores.
La ergonomía va dirigida a la prevención de las posibles consecuencias que pueden ocasionar la carga física y mental
Ahora bien, a todos estos elementos de trabajo les hace falta otro fundamental que no es otro que el propio trabajador, visto como un elemento activo dentro de estos modelos, se hace necesario a su ves que pueda articular todas aquellas acciones encaminadas a la creación de una cultura en este campo, que le permita avanzar continuamente en la idea de una mejora contínua de las condiciones de trabajo.
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